UNA DAMA EN JUEGO de Carla Montero
Estamos en 1911. Europa parece un volcán a punto de hacer erupción. En medio de un clima de tensión, la inteligencia británica descubre la existencia de una peligrosa secta, los kalikamaístas. Todos los agentes que intentan infiltrarse en ella mueren antes de descubrir la identidad de sus dirigentes, pero sus informes son preocupantes. Lo que dicha secta se propone es regenerar a la humanidad mediante una purga, y para ello están desarrollando el arma más poderosa que el mundo nunca haya visto.
Dos años más tarde, en la navidad de 1913, la protagonista de Una dama en juego, Isabel de Alsasúa, es acogida por su tía en el castillo de Brunstriech. La joven, que pertenece a una familia arruinada de la aristocracia española, se dispone a disfrutar de lo que la vida le ofrece, flirtea con sus primos Lars y Karel, pero pronto descubre que en las catacumbas del castillo tienen lugar oscuros ritos. Pronto aparecerá la primera víctima e Isabel se verá arrastrada a una intriga política que jamás hubiera imaginado. Siempre se ha dicho que el espionaje es un juego de caballeros, ¿qué efecto provocará que una dama entre en juego? ¿Se trata sólo de las casualidades, o alguien tenía prevista la participación de Isabel?
La novela se sitúa justo en los meses anteriores a la Gran Guerra, por lo que el nerviosismo de los europeos es patente, incluso se dan pequeños enfrentamientos verbales entre los miembros de la alta sociedad que frecuentan el castillo de Brunstriech. Las rencillas de la anterior guerra franco-prusiana todavía no se han olvidado y los grandes imperios buscan alianzas para hacer frente a las naciones democráticas.
La estructura de la novela es de carácter epistolar y estas cartas están escritas por la protagonista Isabel y por Karel y van dirigidas al gran amor de Isabel y hermano de Karen: Lars. La manera de construir el argumento es muy original, y para mantener el misterio las misivas van aportando los datos poco a poco, según la trama va avanzando. La autora ha conseguido de esta forma dos argumentos paralelos en primera persona de un modo brillante.
Pese a la clara intención de definir la obra como una novela de espías, la obra tiene también rasgos de novela romántica: análogamente a la trama de espionaje, las historias de amor y pasiones juegan un papel marcadamente importante, pues muchas veces los sentimientos influyen con el desarrollo de los hechos.
La intriga se mantiene a cada momento con nuevas revelaciones de los protagonistas y con giros inesperados que consiguen iluminar anteriores hechos que la visión epistolar no consiguió darnos. Los datos se complementan para construir un buen argumento.